¡Hola aventureros! Si ya lleváis un tiempo en el mundo de los deportes de montaña sabréis la importancia que tiene la hidratación en los mismos. Ahora en verano puede que nuestra sensación de sed se incremente, pero en invierno hidratarse es igual o más importante. Por eso, en el blog de hoy os hablaremos de la hidratación en los deportes de montaña y os aportaremos algunos consejos para lograr mantenerla correctamente.

 

 

Hidratación y deportes de montaña

 

Con la llegada del calor acostumbramos a beber más agua que en invierno. El consumo diario de agua recomendado para un adulto es de 1,5-2L, así que ya podemos imaginarnos lo importante que es a la hora de hacer deporte. Tanto en invierno como en verano, mantenerse hidratado/a en toda la actividad física es crucial.

 

Sí que es cierto que es difícil establecer una cantidad concreta de agua que debemos llevarnos al hacer deportes de montaña, pues esta dependerá de varios factores. Algunos de los rasgos que debemos considerar son:

 

  • Tipo de actividad
  • Duración
  • Intensidad
  • Lugar
  • Época del año
  • Temperatura y humedad
  • Altitud

 

 

 

Deshidratación

 

Algunas de las consecuencias de la falta de líquido en el cuerpo son las siguientes:

 

Hay más probabilidades de sufrir lesiones: la sangre empieza a ser cada vez más espesa, aportando menos oxígeno a los músculos y dando lugar a sobrecargas, desgastes y demás.

 

Aumenta la fatiga y disminuye la atención: es sobretodo importante en actividades que requieren concentración para garantizar la seguridad y evitar los mareos y la desorientación.

 

Disminuye la capacidad termorreguladora, la resistencia y la fuerza muscular: todo ello dando lugar a calambres, cefaleas, contracturas y aumento de la temperatura corporal.

 

Se incrementan las posibilidades de sufrir congelaciones e hipotermia.

 

 

 

¿Cuánta agua debemos llevar?

 

Como hemos comentado, es difícil establecer una cantidad exacta para practicar deporte en la montaña. Aun así, hay algunos consejos que os pueden ser de utilidad para manteneros hidratados en estas situaciones:

 

 

  • Si vas a usar un recipiente de aluminio o plástico, que sea lo más ligero posible para no cargar peso.
    También puedes usar una mochila de hidratación, que te permitirá beber sin dejar de hacer lo que estés haciendo en ese momento. Eso sí, ve revisando el contenido, ¡en muchas ocasiones suele haber menos del esperado!
  • Lo mejor es intentar que beber agua termine siendo un hábito tanto antes como durante y después de la actividad física. Haciéndolo de forma regular y espaciada, a pequeños sorbos, lograremos acostumbrar a nuestro cuerpo a esa necesidad.
  • Infórmate de los lugares donde podrás reponer agua en tu salida. De esta manera puedes considerar llevar recipientes más pequeños y ligeros y disminuir así la carga.
  • Evita tomar bebidas que contengan cafeína como los refrescos o el té.
  • Puedes optar por tomar alguna fruta, obteniendo así líquidos, azúcares y nutrientes.
  • Si la actividad física es muy intensa puedes considerar acompañar el agua con bebidas isotónicas.

 

 

 

Finalmente, esperamos que estas recomendaciones os sean de utilidad en vuestras próximas escapadas en la montaña. No olvidéis siempre llevar suficiente agua como para manteneros hidratados/as y, sobre todo, ¡recordad que esperar a tener sed para beber es una mala señal!

 

¡Hasta la próxima noticia en Lloga’m!

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